Sólo tienes 4 días para verla en Netflix: una de las películas de acción más alucinantes de la última década
La mejor respuesta a James Bond
El género de espías debe mucho al impacto que supuso James Bond en su momento, planteando un modelo para el cine espectáculo que se ha replicado o al que se ha respondido durante décadas. Es por ello que al pensar en acción británica venga el famoso agente a la mente, pero en los últimos tiempos se ha hecho por desmontar eso.
Ahí entra el papel de un potente blockbuster como Kingsman: Servicio secreto, que lleva el género de espionaje a sus extremos más brutos y alucinantes. Un sensacional inicio de saga que dirige Matthew Vaugh y que protagonizan Taron Egerton y Colin Firth, y que se va a poder ver en Netflix por tiempo limitado. El 7 de febrero es su último día en el catálogo.
Eggsy es ahora un joven adulto en paro que vive con su madre, su hermanastra pequeña y su padrastro maltratador Dean. A pesar de ser inteligente y capaz, abandonó el entrenamiento para los Marines y vive una vida sin rumbo. Tras ser detenido por robar un coche, Eggsy llama al número que figura en el reverso de una medalla que su familia recibió cuando era niño y que debía emplear si se encontraba en problemas.
Salvado por Harry Hart, cuyo nombre en clave es "Galahad”, este le cuenta sobre la existencia de Kingsman, una agencia de inteligencia secreta para la que trabajaban tanto él como el padre de Eggsy. Tras la muerte de un agente, se abre una vacante para un nuevo agente, y Eggsy acepta presentarse como candidato de Hart. De criminal pasa, casi inexplicablemente, a encontrarse en la lista de los espías más importantes del país.
La película, que adapta la ultraviolenta saga de cómics de Mark Millar, fue la respuesta que Vaugh buscaba hacia la seriedad hacia la que se había dirigido el género de espías, con Bond como principal ejemplo. Este universo le daba la oportunidad de colocar esa irreverente visión al blockbuster de acción, renunciando a seguir en la saga de X-Men para poder llevarla a cabo.
Incluso aunque dejó un listón bien alto con películas como X-Men: Primera generación, aquí puede desatarse en todos los aspectos, desde el humor negro y bastante incorrecto hasta una acción cargada de coreografía y alucinantes trabajos de cámara. La secuencia de pelea en una iglesia, con muchos cuerpos involucrados, es un buen ejemplo de todo eso.
Sigue encontrando la manera de hacer todo eso lo bastante accesible para el público general, motivo por el cuál fue todo un éxito en su momento. 414 millones de dólares recaudados en todo el mundo y el inicio de una franquicia que, por el momento, sólo ha entregado una secuela y una precuela. Ninguna con la potente y sensacional magia de esta película.
Puedes ver Kingsman: Servicio secreto en Netflix hasta el 7 de febrero.