"Es demasiado sucia y grosera": John Wayne rechazó protagonizar este disparatado western

Una clásica comedia hilarante que fue el mayor éxito cinematográfico del año 1974
Es uno de los western más locos jamás hechos, pero también uno de los de mayor éxito. Con una combinación ganadora de parodia de género tonta, declaración apasionada de amor por las fortalezas del cine occidental y sátira implacable sobre el racismo, Blazing Saddles se convirtió en un gran éxito y un clásico celebrado atemporalmente. Sin embargo, John Wayne se negó a formar parte de su reparto.
El título por el que se conoce en nuestro país, Sillas de montar calientes, ya te da una pista de lo que verás en la pantalla. Este disparatado western recibió, entre otras cosas, tres nominaciones al Oscar y dos al BAFTA. También ocupó el sexto lugar en el ranking de las 100 mejores comedias estadounidenses en la historia del cine del American Film Institute. Y según The Numbers, Blazing Saddles es la película más taquillera de 1974, el año en el que se estrenó El Padrino II.
Dirigida por Mel Brooks, Blazing Saddles tiene un reparto de lujo encabezado por Cleavon Little y Gene Wilder. La química entre ambos actores es uno de los pilares del filme, pero en un principio los elegido eran otros. El director pensó en Richard Pryor para el papel de Little, pero el estudio se negó debido a que el comediante y actor aparecía muy a menudo en los titulares negativos por su pasado con las drogas.
En cuánto al papel de Wilder, Brooks en un principio pensó en un icónico actor del western. John Wayne recibió la oferta del director, pero se negó. ¿La razón? A pesar de que al leer el guion se divirtió bastante, el intérprete rechazó el papel por no ser compatible con su imagen. "Es demasiado sucia y grosera", señaló Wayne, tal y como recoge Filmstars.
"Nunca podría aparecer en una película que tenga un diálogo tan sucio. Lo siento, pero no puedo estar en tu película", le reconoció al director. No obstante, Wayne sabía que estaba ante una joya por lo que le prometió que sería "el primero en la fila para verlo". Si hubiese aceptado el papel, sería uno de los últimos filme del querido actor ya que se retiró en 1976.
Sillas de montar calientes sigue al teniente gobernador Hedley Lamarr (Harvey Korman), quien quiere construir una lucrativa línea ferroviaria y por lo tanto planea expulsar a la población del tranquilo pueblo occidental de Rock Ridge. Para ello, contrata a un trabajador supuestamente incompetente Bart (Little) como nuevo sheriff. Los ciudadanos le tratan con desprecio debido al color de su piel, pero tiene un enorme potencial como héroe. Junto con su único compañero, el pistolero borracho Jim (Wilder), anima a la gente de Rock Ridge a resistir su destino aparentemente inevitable.