Gustavo Dulanto sobre Riga FC: “Llegué como estrella, pero cuando me rompí cambió todo”


Gustavo Dulanto sobre Riga FC: “Llegué como estrella, pero cuando me rompí cambió todo”

En charla con Depor, Gustavo Dulanto contó el calvario que vivió en Letonia tras su lesión; a su vez, confesó que ya está al 100 % y cuál es su objetivo a corto plazo.

¿Cómo te encuentras de salud, ya que hace poco superaste una lesión grave (rotura de ligamentos cruzados)?

Con otro semblante, mejor. La vida es así, a veces uno está arriba, otras abajo, pero siempre con la cabeza erguida, dándole adelante, es el lema. Yo siempre voy al frente, la lesión fue dura, no se lo deseo a nadie. Ninguna persona merece ser maltratada en su centro de trabajo, pero ya está. Ahora estoy recuperado, entrenando y disfrutando del fútbol que desde chico siempre ha sido mi pasión.

Jugaste Champions League con Sheriff Tiraspol, le ganaste al Real Madrid en el mismísimo Santiago Bernabéu. Es decir, llegaste con gran cartel al Riga FC. ¿Qué pasó tras la lesión?

Llegué como estrella, pero duró un poco. Yo firmó un jueves 15 de junio (2022), recuerdo que era cumpleaños de mi suegro que en paz descanse, y me hicieron jugar domingo, no sabía ni los nombres de mis compañeros. Para el futbolista, lo más difícil es llegar a un equipo y jugar de una, pero yo no había hecho ni pretemporada. Mi intención era salir del Sheriff, pues había cumplido un ciclo, también había logrado los objetivos trazados, y cuando me vendieron (Riga FC) todo era bonito al principio, pero cuando me rompo cambió todo. Pagos atrasados, me mandaron a otro país a recuperarme (Eslovenia). Era mi segunda lesión profesionalmente, antes de debutar en la ‘U’ había sufrido la rotura del quinto metatarsiano, y ahora esto de la rodilla. En casi nueve años de carrera profesional no tuve ningún esguince ni desgarro, nada, obviamente me sorprendió todo. Cuando me rompí empezó el calvario, pude pelear para venir al Perú, no me querían dar mis vacaciones, querían que me quede hasta el 20 de diciembre en Eslovenia. Hablé con la gente del club, y les dije que quería venir al Perú para ver a mi familia. Había estado dos meses solo en Eslovenia, pero quiero dejar en claro que la operación fue muy buena como me comentó el doctor Julio Segura de la selección.

¿Cómo fue la recuperación?

Muy mala, agresiva. Tanto así que me generó un edema óseo (sangre en los huesos), y eso hacía que el hueso se vaya descalcificando, me pude romper otra cosa por la ineptitud de esta gente de oficio del club. Me mandaron al campo sin haber hecho una reacondicionamiento. Mayormente cuando tienes un desgarro te mandan una a dos semanas, pero a mí cinco días post cirugía de ligamentos cruzados. Eso ao ntes nlo había visto, pero mis ganas de volver hacían que yo no me queje, aunque el dolor siempre estuvo ahí. Yo avisé, pero me decían que era normal. Yo sé que el deportista siempre juega con algún dolor, pero son manejables, el dolor que yo tenía no lo era. No me dejaba ni caminar bien. Recién comencé a caminar bien a los once meses cuando llegué a Perú. Bueno, el tercer mes me puse muy bien, caminaba bien, pero me apuraron y el músculo de la rodilla no dio. Por eso se generó el edema óseo, por un tratamiento muy agresivo. Me insistían en doblar la pierna, pero no podía doblarla por más de noventa grados. Me decían que era normal. Como le dije a mi familia, lamentablemente el tiempo me dio la razón. Se lo dije también a su representante, avisé, me están trabajando mal.

¿Cómo te diste cuenta que tenías un edema óseo?

Fue cuando yo mismo me hice una resonancia. No fue porque el club me haya mandado hacer la resonancia. Hablé con el fisioterapeuta, me dijo que no haga trabajo de campo porque si continuaba teniendo impacto se iba a generar más sangre. ¿Qué hizo esta gente (Riga)? Llego al día siguiente a entrenar, y me mandaron al campo. No dije nada, pero en el calentamiento no podría entrenar, me dolía mucho, entonces, me salí. Cuando me hice el edema óseo, me fui a Barcelona. Contraté un fisioterapeuta de allá, me dijo que era imposible que vaya al campo. Me hicieron masajes, y después me informan del club (Riga) que iba a entrenar por separado, que no me podía presentar cuando el primer equipo estaba en el club. Me estaban dejando de lado, eso fue en junio, y me dejaron de lado hasta el 7 de agosto.

En el aniversario de Universitario, un día feliz, me mandan una carta diciéndome que yo no me había presentado a entrenar. Entonces, lo tome con malestar, pues eso era totalmente una mentira. Yo sabía muy bien que no podía dejar de entrenar, ya que me podían denunciar por abandono de trabajo. Ahí comenzaron las cartas, y me atacaban por todos lados, no recibía tratamiento. Yo me quejaba con el club, con el doctor encargado, y con mi exrepresentante, pero al final nunca se solucionó nada. Solo cuando mi exrepresentante viajó a Letonia a verme, le dije que iba a rescindir contrato, pero me dijo que iba a buscar una solución. Logré salir del club porque yo rescindí cincuenta por ciento de mi salario, y eso que yo no estaba al día, estaba dos meses bajo. Me cortaron el cincuenta de mi salario por venir acá a Perú. Nunca antes visto.

¿Cómo seguiste tu tratamiento en Perú?

Acá todo comenzó a cambiar. Tengo que agradecer a John Vásquez, el jefe de los fisioterapeutas de la selección peruana, ya que con él comencé a trabajar en la Videna hasta enero. Yo veía muy lejano volver a caminar, pero felizmente todo cambió. Desde octubre (2023) ya tenía la cabeza en rescindir, uno no puede estar en un lugar donde no eres feliz. Además, no recibía mi salario. Todo cambió cuando mandé una carta a través de la Agremiación de Futbolistas pidiéndome que se pongan al día con mi salario. Yo me presenté en la pretemporada de Dubai, y pasó lo mismo, me mandaron un plan de trabajo de tres meses al día, y me presenté, pero estaba solo, ojo que había tres fisioterapeutas, y el doctor, pero estaba solo en el gimnasio. Yo seguía con el plan de John Vásquez, tenía que aprovechar el tiempo. Me las buscaba solo para darle vuelta a todo esto, pero lamentablemente uno no puede solo. Necesitaba masajes, máquinas, que también alquilé, un magneto, pero eso fue mi calvario en Riga. No le guardo rencor a nadie, Dios sabe porqué hace las cosas. Ahora, yo estoy feliz, sin equipo, pero feliz.

¿Costeaste tu propia rehabilitación?

Sí, y teniendo equipo. Mayormente los top tienen su fisioterapeuta de cabecera. Christian Cueva tenía a su preparador físico, lo llevó a Arabia Saudita, pero yo no tenía el salario de él. Prefiero no acordarme lo que gasté, fue un montón de dinero, mi hermano lo comentó (Instagram). Fueron más de quince mil euros, pero eso lo veo como inversión. Ahora a esperar una nueva oferta y de nuevo al ruedo, que la plata se hace. Yo estando bien como estoy, jugando voy a duplicar eso.